Por: Grecia Salgado
Los desastres naturales como el huracán Otis, nos han mostrado que México, es uno de los países que más se distingue por tender la mano y ayudar a quienes lo necesiten. Se ve a través de las toneladas de víveres en donación y la ayuda especializada que se envía siempre a los lugares azotados por alguna catástrofe.
La existencia de ese espíritu; lleva a creer que en los mexicanos existe un espacio para involucrarse en las organizaciones de la sociedad civil (OSCs)
De acuerdo a Manuel Canto Chac (2015), las Organizaciones de la Sociedad Civil pueden describirse como “Organizaciones libres, de ciudadanos, que a partir de la identificación sobre campos específicos de la vida social realizan acciones tendientes al bienestar colectivo”. En esta definición podemos ver ya varios de los componentes indispensables para las OSCs, partiendo de su conformación ciudadana, pasando por su advocación a una causa y terminando por su búsqueda del bienestar.
Las OSCs tienen que tomar todos estos elementos para convertirse en actores claves de la sociedad a la que apoyan, pues desde su acciones son espacios idóneos para la generación de innovación social y para resaltar problemáticas, que en conjunto con los gobiernos y la iniciativa privada pueden encontrar solución.
Organizaciones de la Sociedad Civil en México
En este panorama, México cuenta con alrededor de 46 mil OSCs que trabajan desde varios frentes en temas como la asistencia social, la salud, la alimentación, nutrición y finalmente educación, uno de los espacios que permiten tener una mayor injerencia tanto en el futuro de la sociedad como en el desarrollo de herramientas para la mejora de la misma. A pesar de la importancia de este tema como uno de los pilares de la construcción del futuro, sólo el 19% de las OSCs mexicanas se enfocan en él (Pulso, 2022)
Es por ello que Niños en Alegría, trabaja activamente para mejorar las condiciones educativas en el estado de Guerrero y desde la trinchera de la sociedad civil busca ser un enlace que permita sumar y encauzar esfuerzos para mejorar no solo la educación de los niños y niñas, sino también, cambiar sus vidas, para que ellos y ellas tengan la posibilidad de crear y desarrollar un proyecto de vida.
El papel de la OSC está lleno de desafíos pero, también de experiencias únicas, que su papel de catalizador le permite experimentar. ¡Formemos parte de este camino para juntos, lograr más!