Por: Nelly Mendiola Morales
Ser maestro en el puerto de Acapulco, puede significar muchos retos, en especial en el último ciclo escolar 2023-2024 ―que está a unas semanas de concluir―, lo que nos lleva a hacer una reflexión acerca de la figura del docente como elemento fundamental en el manejo de diversas crisis, pues en el último año han existido acontecimientos que ponen a prueba las habilidades, los conocimientos, las estrategias, así como la misión y visión que posee cada educador y que tiene como resultado el logro de los aprendizajes esperados en sus estudiantes.
Implementación de un nuevo modelo educativo, uso y manejo de nuevos libros de texto, salud mental en la dinámica del aula, inseguridad y problemáticas sociales de la comunidad, emergencias sanitarias, cambio climático, desastres naturales y catástrofes ambientales; han sido algunas de los retos con los que se enfrentan cada día los profesores del estado de Guerrero y específicamente del puerto de Acapulco.
Desde años anteriores con el manejo de la pandemia de COVID19, el docente tuvo que enfrentar el reto de la educación en línea y su transición al modelo híbrido, un escenario desconocido para la mayoría, lo cuál fue una oportunidad para el crecimiento, pues se desarrollaron habilidades digitales y se implementaron nuevas formas de comunicación, pero que trajo consigo un rezago académico evidente, ya que no todos los estudiantes tenían el acceso a herramientas que facilitaran el proceso académico. Aunado a ese rezago, en los últimos meses, en la transición a la Nueva Escuela Mexicana, el manejo y adecuación de los planes y programas de estudio ha representado otro enorme reto, pues apropiarse de una nueva metodología sin la capacitación adecuada, ha tenido como consecuencia una constante mentalidad fija y cierto temor e incertidumbre hacia lo diferente y al cambio repentino de prácticas que se han llevado a cabo por años.
Por otro lado, la naturaleza también ha contribuido en vulnerar la labor de los maestros y maestras del puerto, desde un huracán categoría 5 que devastó escuelas y comunidades en su totalidad, la destrucción de la flora que acrecienta los niveles de calor en los presentes meses de primavera, volviendo la labor académica extenuante y compleja en escuelas que no tienen la infraestructura y condiciones adecuadas; los incendios forestales que han arrasado con la vegetación de zonas muy cercanas a las escuelas y que perjudican la calidad del aire e imposibilitan el desarrollo de las actividades académicas; lo que lleva a los docentes a enfrentarse a aulas semi vacías, alumnos ausentes por múltiples causas, y solo queda valerse de la resiliencia y el enorme compromiso que educadores tienen y han tenido a los largo de los años con sus comunidades y con sus estudiantes.
Finalizando el mes de mayo, en el marco del Día del Maestro, Niños en Alegría, reconoce y enaltece la homérica labor de los profesores, por trabajar a nuestro lado, hombro con hombro, participando con un alto compromiso en el desarrollo de nuestros programas institucionales, empleando las estrategias y herramientas compartidas en beneficio de las y los niños de Acapulco.