Por: Nelly Mendiola Morales
El primer trimestre del ciclo escolar en las primarias de Acapulco ha sido un periodo marcado por desafíos extraordinarios. Los recientes desastres naturales, incluido el devastador paso del huracán John, han impactado significativamente el proceso académico, poniendo en evidencia las dificultades estructurales que enfrenta la educación básica en esta región. Niños en Alegría, comprometida con la calidad educativa, reconoce el gran esfuerzo de los docentes para mantener la continuidad del aprendizaje y promover el desarrollo integral de los estudiantes en un contexto adverso.
Impacto del huracán en la educación básica
El huracán John no solo dejó daños materiales en infraestructura escolar, sino también en las dinámicas familiares y comunitarias, profundizando las brechas de acceso y permanencia escolar. Según datos preliminares, al menos un 30 % de las escuelas en la región reportaron afectaciones que van desde techos dañados hasta la pérdida total de materiales educativos. Para las familias, las prioridades cambiaron drásticamente, centrando sus esfuerzos en la reconstrucción y dejando en segundo plano la asistencia regular a las aulas.
Por su parte, los docentes enfrentaron un doble reto: sostener el proceso educativo mientras lidian con sus propias dificultades personales y profesionales. Esta realidad ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de estrategias pedagógicas adaptadas a contextos de crisis.
Proyectos educativos como respuesta a la adversidad
En el marco de los principios de la Nueva Escuela Mexicana, el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) se ha consolidado como una herramienta eficaz para superar barreras educativas. Esta metodología permite integrar los contenidos curriculares de forma interdisciplinaria, abordando problemáticas locales y fomentando la participación activa de los estudiantes en la construcción de soluciones.
Estrategias docentes clave
Para llevar a cabo estos proyectos, los docentes han desarrollado diversas estrategias en línea con la Nueva Escuela Mexicana:
- Diagnósticos contextuales: Antes de iniciar cualquier proyecto, los maestros realizan actividades de observación y diálogo para identificar las necesidades más apremiantes de los estudiantes y sus comunidades.
- Integración de saberes locales: Los conocimientos y experiencias de las familias se incorporan al aula como recursos didácticos, promoviendo un aprendizaje significativo y contextualizado.
- Priorización de aprendizajes fundamentales: Dada la pérdida de tiempo escolar, se enfocan en competencias esenciales, como la comprensión lectora, la resolución de problemas y la conciencia socioemocional.
- Evaluación formativa: A través de observación continua, portafolios y boletos de salida, los docentes monitorean el progreso de los estudiantes y ajustan sus estrategias para garantizar el logro de los objetivos planteados.
El compromiso de los docentes en Acapulco, junto con el apoyo de organizaciones como Niños en Alegría, demuestra que es posible superar las adversidades y construir una educación inclusiva y de calidad. Sin embargo, es fundamental reforzar las alianzas entre comunidades, autoridades educativas y organizaciones civiles para garantizar que los proyectos implementados trasciendan el aula y se conviertan en motores de transformación social.
La experiencia del primer trimestre, nos recuerda que la educación no solo se trata de impartir contenidos, sino de formar ciudadanos críticos, solidarios y capaces de enfrentar los retos de su tiempo.
Secretaría de Educación Pública. (2022). *Plan de estudios 2022: Educación básica*. México: SEP